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Hace años quise eliminar a unos animales de mi repertorio plástico.

Los Fenomenolillos era  algo que salía de dentro, algo innato.

Eran fruto de una necesidad expresiva, de unas circunstancias. Con el tiempo, decidí que dichos animales, debían ser desterrados  de mi quehacer en la pintura, querían adentrarme en una plasticidad mas arriesgada, sin unos referentes tan claros, tan evidentes.

La referencia animalistica me hacían pensar en un estar demasiado cerca de lo ilustrativo, de lo formal,  Quería un riesgo mayor,

por tanto necesitaba eliminar ese referente que eran los animales, els animalots, los fenomenolillos.

Decidí, no obstante posicionar el hecho, realizar una despedida suntuosa. Solemne.

Había visitado tiempo atrás, el Museo de Zoología de Barcelona, disponía de una pequeña sala de exposiciones temporales, creía perfectamente que mi obra podría interesarles, que tenia sentido de estar en dicho espacio, y decidí solicitar una entrevista con el Director para mostrar mi trabajo y realizar una propuesta expositiva.

Todo fue mejor de lo que era de esperar, Obtuve fecha,  La exposición seria para el año 1992. Año de las Olimpiadas en Barcelona.

Mejor no podía ser.

Se acercaba la fecha.

No recuerdo bien, si fue una llamada o una carta, la cuestión es que la fabulosa Barcelona Olímpica se había quedado sin dinero para todos los proyectos que en los Museos Municipales no estuvieran directamente relacionados con el evento Deportivo.

El director del Museo me anuncio, muy a pesar suyo que dicha exposición, al igual que todas las otras programadas, habían quedado suspendidas, a la espera de tiempos mejores.

Cuando estos vinieran, los proyectos volverían a ser encauzados.

Después de las olimpiadas vino una importante recesion económica, era absurdo cualquier intento, Los fenomenolillos, los animalots, mis animales, viajaron, fueron expuestos en otros lugares, se fueron desdibujando.

En su lugar y como consecuencia  -quizás-  de la crisis económica del momento apareció un nuevo elemento icnográfico: el perro. Un perro antropomórfico. Un hombre-perro. El hombre convertido en perro, encerrado en un ser domesticado, dócil, inofensivo, dependiente.

El fenomenolillo representaba el ser que defiende su espacio, su realidad, con sus miedos, el perro era el animal que tocaba mas de pies en el suelo, (mas cerca del suelo) Era el humano humillado por las dificultades económicas, por los créditos no satisfechos. Era un ser más dependiente, un necesitado.

Un ser domesticado.

Juan Canals

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